La leyenda Ayuntamiento de Clavijo 14 de octubre de 2022
HISTORIA

La leyenda

Por lo que se refiere a la leyenda, se dice que el Rey Ramiro había acampado con sus extenuadas tropas el 22 de mayo del 844 en las laderas de los montes Laturce y Clavijo. Cuando dormía, soñó que se le aparecía el Apóstol Santiago, quien le aconsejó emprender la contienda al día siguiente.

La Crónica del Rey Sabio habla de este hecho: «E los moros quando sopieron aquello, allegaronse todos en uno contra éste fueron muchos e demás e hovieron con él su batalla en un logar que dicen Alvella, e los Christianos hovieron lo peor de la batalla: e fueronse venciendo e tornando las espaldas poco a poco a los moros, fasta que llegaron a un collado a que dizen Clavijo e tomoles allí la noche… e faciendo sus oraciones adurmiose el Rey Don Ramiro, e vino a él el Apóstol Santiago…»

En la obra de Joseph González de Texada (1702) «Historia de Santo Domingo de la Calzada, Abraham de La Rioja», hace, entre otras, esta referencia respecto a las palabras que el Apóstol dijo al Rey Ramiro I:
«… Esfuerçate, y ten mucha confiança, que ciertamente yo seré en tu ayuda, y á a la mañana con el poder de Dios, vencerás la innumerable multitud de los Moros, que te tienen cercado… Y por que sobre esto no aya duda, vosotros, y los Moros me vereís manifiestamente en un Cavallo blanco, de blanca y grande fermosura y tendré un Pendon blanco, y recibireís penitencia, y después de celebradas las Misas, y recibida la Comunion del Cuerpo y Sangre del Señor, armada vuestra campaña, no dudeís de acometer á las bazes de los Moros, llamando el nombre de Dios, y el mio, que sabed por cierto, que los Moros caeran punta de espada».

El Rey Ramiro I, cuando las tropas cristianas perdían terreno, se le aparece el Apóstol Santiago montado en un caballo blanco, luchando a brazo partido y causando muchas bajas entre los moros. Según cuenta la leyenda, 70.000 moros quedaron tendidos en el campo de batalla.

El poeta Federico García Lorca, lo ve de esta forma:

«Dice un hombre que ha visto a Santiago
en tropel con doscientos guerreros;
iban todos cubiertos de luces
con guirnaldas de verdes luceros,
y el caballo que monta Santiago
era un astro de brillos intensos…»

En agradecimiento, el Rey Ramiro I promete al Apóstol Santiago (se le conoce como Diploma de Don Ramiro o Voto de Santiago), entregar anualmente y de por vida los primeros frutos de las cosechas y de la vendimia a la Iglesia de Santiago. Dicho voto fue suprimido por las Cortes de Cádiz en 1812.

Cuentan las crónicas de la batalla que el Rey Ramiro I entró en la Iglesia de San Vicente, donde se encontraba enterrado San Prudencio a dar gracias y ofrecer dones.

Sánchez Albornoz en «La auténtica batalla de Clavijo» defiende que la verdadera batalla fue librada por Ordoño I contra el Banu Qasi Muza en el Monte Laturce.

El catedrático José Luis Martín Rodríguez, afirma que «… nadie concede fe en la actualidad a una milagrosa aparición de Santiago a caballo en una supuesta batalla de Clavijo ganada por Ramiro I, del que textos del siglo IX se limitan a decir que «con los sarracenos hizo la guerra dos veces», mientras otros declaran que el santo de su devoción no fue Santiago sino el arcángel San Miguel, en cuyo honor edificó una iglesia para agradecer los triunfos alcanzados «sobre los enemigos». También añade que
«… la aparición de Santiago justifica la creación de los Votos y la entrega a los servidores de su Iglesia de una medida de grano y de vino por cada yugada de tierra; el origen militar se recuerda concediendo a la iglesia de Santiago la parte correspondiente a un caballero en el botín tomado a los sarracenos…»

Alfredo Gil del Río en su obra «El Camino francés a Compostela. Evocaciones y leyendas siguiendo las estrellas» señala que «… la historia de la batalla de Clavijo, por sólidas razones de investigación, es evidente que parece no ajustarse a la realidad histórica. ¿Mera fantasía de la mística cristiana convirtiendo sueños en realidad? En la lectura de antiguas narraciones siempre se repite ese «sueño» y con él la deformación real del hecho. Ahora sólo falta un resultado para el nacimiento de la leyenda».

Matías Rodríguez Díez afirma en su obra «Historia de Astorga» (1981), que «… todos los historiadores de importancia convienen en admitir el hecho de la célebre batalla, ganada por Ramiro I contra los sarracenos en Clavijo, colocándole algunos en el año 844 y otros en el 846, así como convienen también en rechazar el motivo de este hecho de armas, ó sea, por la exigencia del emir de Córdoba de que el Rey de Asturias le pagase el tributo de las cien doncellas. Pero no ignoramos que algunos otros historiadores niegan esta batalla y confunden el hecho con el derecho alegado, ó sea el diploma, en que se cuenta el suceso y el tributo referido con el voto que hizo el Rey de pagar a la Catedral de Santiago ciertas prestaciones en agradecimiento a la protección, que el Apóstol dispensó a los cristianos en tan memorable batalla».